Friday, June 23, 2006

ESMERALDAS. PROVINCIA PELADA

La famosa "provincia verde" está quedando en el puro nombre. Más y
más este otrora remantente de vida y selva se va convirtiendo en
desierto, en una llanura de pura tierra, en míseras praderas en que
si crece algo de hierba tosca es por milagro. Uno de los pocos
lugares de la costa donde aún se podían encontrar animales como
guantas, pericos, cerdos salvajes y demás animales, que ahora si
uno ve uno a lo lejos es por milagro.

Por obra y gracia de las "compañías madereras", cuyo verdadero
nombre debe ser ASESINOS DE ECOSISTEMAS, la mayor parte de los
terrenos selváticos de esta provincia se convierten en zonas de
desastre, como si hubieran caído un montón de misiles por la zona
deforestada.

Estos hijos de la grandísima puta, se están llenando los bolsillos
de dinero, al ir y arrasar las montañas, porque para variar, la
explotación de madera lo hacen a la ecuatoriana, a la maldita sea,
a la patanada, al qué chucha.

Cualquier país maderero sabe bien que un bosque del palo que sea,
durará todo el tiempo necesario si se efectúa una tala racional y
con su reforestada de ley. Acá, tractores y motosierras efectúan
masacres de jungla todos los putos días, se van llevando el palo
grande, y el chico que aún debía crecer y madurar. Qué chucha, no
me sirve. Y para dar el sello de calidad, la montaña se la quema.
Aplausos, señores.

Y supuestamente hay gente natural de allá. Dueños de tierras que
deberían por lo menos exigir algo a cambio que le conviertan su
montaña verde en colina de arcilla y cenizas. Lamentablemente, son
gente sumamente ingenua y sencilla, que ven un billete de 10 latas
y es como que le abrieron el fuerte Knox. Por eso es el negocio
redondo del maderero. El hijo de puta va, le mete el dedo (y todo
el brazo) al lugareño ofreciéndole 5 a 10 dólares como mucho por
palo caído. Y estoy hablando de troncos de casi un metro de grueso,
de los que TOfusamaricón le gusta meterse por el ojete; y madera de
la buena, guayacán, amarillo, laurel, cedro y otras maderas
consideradas preciosas. O sea que el hombre termina con unos
300-500 yanquis en los bolsillos. Lo primero que hace con esa
plata, es chupársela. El alcoholismo está que zumba por allá. Nadie
se puede divertir sobrio. Se gasta un 80-90% de su pingue
ganancia, y luego del chuchaqui se da cuenta que una megaplutiza
valió el futuro no sólo de sus hijos, sino de las generaciones
venideras.

Ya con el lugareño que queda por ahí llorando sobre su recién
inaugurado desierto, el maderero va y vende su tesoro...al precio
real. 1000, 2000 y 3000 dólares bien puede costar CADA TRONCO.
Saquen cuentas.

Cosa que nomás consíganse unn tractor, un poco de labia para
engatusar al moreno dueño de la tierra y a las dos o tres semanas
andarán con un cerro de billete...

Sí, la gran puta, mucho billete, pero cuando todo ese terreno se vuelva una sola plasta de arcilla y que no vea lluvia en cada 20 años, ahí van a patalear.

Para lo cual no queda mucho.

Y si no me creen, vayan y comprueben por ustedes mismos. Cómo los paisajes de verdor y vida son cambiados por campos grises y estériles. Dan ganas de llorar.
A ver si la próxima consigo unas fotos para subirlas y mandarlas a Greenpeace, porque los mamavergas de los ministros de quinto ambiente, les importa una cagada de mosca el asunto.

Sería bueno ponerles precio a las cabezas de esos pelapicha, antes que el bosque de Esmeraldas pase a ser historia.
VALLENATO HIJO DE REMIL PUTAS.

No comments: